Nombre completo
Pontificia, Real e Ilustre Hermandad y Archicofradia de Nazarenos del Santísimo Sacramento y de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen María, Santísimo Cristo de las Tres Caídas, Nuestra Señora de la Esperanza y San Juan Evangelista.
Dia de procesión
Madrugada del Viernes Santo
Templo
Capilla de los Marineros en la calle Pureza del siglo XVIII.
Recorrido Esperanza Triana 2011
Musica
Cristo de las Tres Caidas. Delante de la Cruz de Guia San Juan Evangelista, a la Virgen de la Esperanza de Triana le sigue Santa Ana
Tunica
Las Tunicas de la Hermandad de La Esperanza de Triana son de capa blanca de lana con túnica y antifaz de terciopelo morado en el Cristo y verdes en la Virgen.
Historia
Los antiguos gremios tenían una profunda religiosidad, como se puede constatar en las ordenanzas que cumplimentaron en los tiempos de los Reyes Católicos. Se congregaron en hospitales y hermandades, y cuando desaparecieron los primeros, unos se convirtieron en cofradías y otros en asociaciones; a estas les faltaría sintonía espiritual y terminarían por desaparecer.
En 1418, en la parroquia de Santa Ana, el gremio de ceramistas fundó la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza. Tomó una advocación que es de las mas antiguas dadas a María, pues ya aparece en la liturgia visigótica, en el oficio de los Maitines de la Anunciación. La Hermandad de San Juan Evangelista, cuyos componentes eran pescadores, se fusionaría con la anterior en 1542.
Otra hermandad trianera se fundó en 1608, quedando erigida en el convento de monjas de San Francisco de Paula, con la titulación de la Exaltación o Invención de la Cruz y Nuestra Señora de la Salud. Salía el Viernes Santo por la mañana y figuraban sus cofrades con hábito morado de nazarenos y portaban cruces. Harían estación en templos de Triana.
Las hermandades de la Santa Cruz de Jerusalén, de San Antón Abad, y la exaltación pondrían pleitos a la anterior cofradía, oponiéndose los del Nazareno a que los trianeros salieran el día fijado con las túnicas moradas y cruces, ya que al hacer ellos lo mismo, no era conveniente que existiera dos hermandades tan similares. La segunda lo hizo en cuanto a la titulación de la Exaltación. El provisor prohibió que la de Triana se llamase de los nazarenos y usaran hábitos morados, y tampoco aceptó el título de la Exaltación, por lo que desde el mismo año fundacional se llamaron de las Tres Caídas que dio Cristo Nuestro Señor. El nombre de la Virgen lo variarían y se llamaría de los Dolores.
En el año 1616 la Hermandad de la Esperanza se unió a la de las Tres Caídas, formando una sola cofradía. En el año 1621 se encontraba residiendo en la iglesia del Hospital del Espíritu Santo, y era conocida por la de Mareantes. En 1745, se encontraba en el templo parroquial de Santa Ana, en el cual permaneció durante diez años, hasta que hubo que trasladarse a la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, a causa de los daños producidos por el terremoto de 1755 en la fábrica de la parroquia.
Como el deseo de toda hermandad es tener residencia propia y estable, sus cofrades, en su mayoría marineros, compraron dos casas en la calle Larga (actual Pureza), cuya propiedad pertenecía a una capellanía de Sebastián Bernal, en la parroquia de Santa Ana. En 1868, a causa de los sucesos revolucionarios, quedó clausurada pasando, entonces, al templo de San Jacinto, donde permaneció una larga etapa. Los primeros tiempos allí fueron difíciles y la cofradía quedó casi disuelta. En 1889 se reorganizó la hermandad, que volvió a hacer estación a la Catedral. La Virgen de la Esperanza iba en el paso de palio acompañada de San Juan y la Magdalena.
El Cristo de las Tres Caídas es de autor anónimo, del siglo XVII, pero ha sufrido distintas restauraciones. La autoría de la Virgen es, además de dudosa, polémica atribuyéndose a Juan de Astorga.
El escultor Antonio Castillo Lastrucci presentó a la hermandad, en 1938, un boceto para llevar a la práctica un nuevo misterio que acompañara al Cristo de las Tres Caídas. Representaría su doloroso tránsito por la calle de la Amargura hacia el Calvario, cuando Jesús habla a las mujeres. Alrededor de la efigie del Señor, un centurión a caballo señala el camino, una mujer de Judea arrodillada en contemplación con su hijo, un esclavo negro en actitud de tirar de Jesús y el Cireneo que ayuda a portar la Cruz. Estas últimas figuras se estrenaron en 1940 y lo terminó dos años después.
Tras su etapa en San Jacinto, en 1962 la cofradía volvió a entrar en la capilla de los Marineros, tras varios años de obras. En su capilla la hermandad acrecentaría aún más la devoción de los trianeros por la Esperanza, que fue coronada canónicamente por el arzobispo Amigo Vallejo en 1984, entre el entusiasmo de sus devotos.